Dislexia: un problema que debe de atenderse a tiempo

Existen varios problemas de aprendizaje en niños, que si bien suelen tener un nivel normal de inteligencia, también se les dificulta aprender o poner atención en la escuela.

 

 

 

 

MERCEDES DE UNANUE BONET / Licenciada en Educación

mercy_unanue@yahoo.com

 

La dislexia es una discapacidad para leer por confundir o alterar el orden de las letras, sílabas o palabras. Se puede sufrirla sin que exista un defecto neurológico, pues es un trastorno del aprendizaje caracterizado por la dificultad para leer. Se presenta en niños con niveles normales de inteligencia y visión, a quienes les puede ayudar un tratamiento específico, pero no existen medicamentos para tratarla.

Tipos de dislexia
  • Fonológica o indirecta: Se trata de mal funcionamiento de la ruta fonológica.
  • Superficial: El trastorno se encuentra en el funcionamiento visual (leen utilizando la ruta fonológica).
  • Mixta o profunda: Están dañados dos procesos de lectura: el fonológico y visual.
Síntomas

Afecta en mayor o menor grado al 20% de la población, aunque en la mayoría de los casos es fácil de corregir con una intervención adecuada y oportuna. A veces el origen de la dislexia es un accidente cerebrovascular, un traumatismo craneoencefálico o un tumor, y entonces se le conoce como dislexia adquirida. Sin embargo, en la mayor parte de los casos la dislexia es evolutiva, sin que sepan concretamente sus causas, aunque es probable que se deba a un factor genético.

Este trastorno se asocia con problemas notables en el aprendizaje de la lectura y la escritura, y los niños disléxicos pueden presentar uno o varios de los siguientes síntomas, algunos de ellos algo extraños y sin aparente relación:

  • Confusión de letras y sílabas al escribir, y de fonemas al hablar.
  • Discalculia (problemas con las matemáticas) o dispraxia (dificultades para la coordinación psicomotriz).
  • Problemas para la identificación de un sonido concreto.
  • Dificultades de audición.
  • Problemas de orientación espacial (confusión entre izquierda o derecha) y temporal (dificultades para situarse en el tiempo y reconocer los días de la semana, meses u horas).
  • Dificultad para escribir, memorizar, pensar y/o comprender.
  • Discapacidad de aprendizaje o retraso del habla.
  • Deterioro del habla, dolor de cabeza o retraso en la capacidad de leer.
Consecuencias

El verdadero problema de la dislexia está en que no se diagnostique o se haga demasiado tarde. El niño puede acabar estigmatizado al ser considerado injustamente como perezoso o vago o terminar siendo blanco de burlas por el resto de compañeros (acoso escolar, o bullying) por sus problemas de lectura, de locución, de psicomotricidad u otras dificultades de aprendizaje.

Estas situaciones mantenidas en el tiempo y sin un tratamiento adecuado pueden provocar secuelas emocionales en el niño de distinta índole e intensidad: depresión, ansiedad, fobia escolar o trastornos del sueño o de la alimentación.

En ocasiones, padres y maestros centran su atención en los déficits cognitivos producidos en el procesamiento fonológico que sufren los disléxicos, obviando la dimensión emocional que subyace en este tipo de dificultades del aprendizaje. La dislexia genera, en un alto porcentaje de casos, efectos socioemocionales y de concentración, a los que hay que prestar la atención que merecen desde el mismo momento es que se hace el diagnóstico.

Cómo intervenir

Lo primero que deben tener muy claro tanto maestros como padres es que el alumno con dislexia no tiene ningún tipo de retraso intelectual. Por lo tanto, si se interviene adecuadamente y sobre todo de forma temprana, el chico disléxico no deberá tener problemas para aprobar los cursos con normalidad.

Las claves del tratamiento para la dislexia son, por lo tanto:

  • Detección temprana del trastorno e información adecuada a sus padres y maestros.
  • Refuerzo de las asignaturas que más le cuesten (normalmente lenguas e idiomas), dentro del horario escolar y, de ser necesario, como actividad extra.
  • Intervención de profesionales especializados: logopedas, psicopedagogos o profesores de educación especial. Normalmente sólo serán necesarias algunas visitas o clases de forma puntual y temporal.

Si un familiar presenta algunos síntomas de los mencionados, acude con un especialista en niños con problemas de aprendizaje, para que lo ayuden a tener un aprendizaje y autoestima óptimos.

Gracias por leerme, y recuerda que… ¡todo pasa!

 

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