El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica en millones de niños, que a menudo continúa en la edad adulta, e implica una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.
MERCEDES DE UNANUE BONET / Licenciada en Educación
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Los niños con TDAH también pueden tener baja autoestima, relaciones problemáticas y bajo rendimiento escolar. Los síntomas a veces disminuyen con la edad; sin embargo, algunas personas nunca superan por completo este trastorno, pero pueden aprender estrategias para llevar una vida normal y tener éxito en lo que emprendan.
Aunque el tratamiento no cura el TDAH, puede ayudar mucho con los síntomas, pues comúnmente involucra medicamentos e intervenciones conductuales. El diagnóstico y tratamiento tempranos pueden hacer una gran diferencia en el resultado.
Síntomas
Las características principales del TDAH incluyen la falta de atención y el comportamiento hiperactivo-impulsivo. Los síntomas comienzan antes de los 12 años de edad y, en algunos niños, se notan a partir de los 3 años. Estos síntomas pueden ser leves, moderados o graves, y pueden continuar hasta la edad adulta.
El TDAH ocurre con más frecuencia en los hombres que en las mujeres, y los comportamientos pueden ser diferentes dependiendo del género del afectado. Por ejemplo, los niños pueden ser más hiperactivos y las niñas pueden tender a estar menos atentas.
Subtipos del TDAH
- Falta de atención predominante: La mayoría de los síntomas corresponden a la falta de atención.
- Conducta hiperactiva/impulsiva predominante: La mayoría de los síntomas son la hiperactividad e impulsividad.
- Combinado: Esta es una mezcla de síntomas de falta de atención y síntomas de hiperactividad/impulsividad.
Falta de atención
Un niño que manifiesta un patrón de falta de atención a menudo presenta las siguientes características:
- No es capaz de prestar atención minuciosa a los detalles o comete errores por descuido en los trabajos escolares.
- Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos.
- Parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente.
- Tiene dificultades para seguir instrucciones y no logra terminar las tareas o los trabajos escolares.
- Tiene problemas para organizar tareas y actividades.
- Evita o le disgustan las actividades que requieren un esfuerzo mental de concentración, como la tarea escolar.
- Pierde los elementos necesarios para las tareas o las actividades, por ejemplo, juguetes, asignaciones escolares, lápices.
- Se distrae fácilmente.
- Se olvida de hacer algunas actividades diarias, como las tareas del hogar.
Hiperactividad e impulsividad
Un niño que manifiesta un patrón de síntomas de hiperactividad e impulsividad a menudo presenta las siguientes características:
- Está inquieto o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento.
- Le cuesta permanecer sentado en el aula o en otras situaciones.
- Está en constante movimiento, yendo de un lado a otro.
- Tiene problemas para jugar o realizar actividades tranquilas.
- Habla demasiado.
- Tiene dificultades para esperar su turno.
Los niños que tienen problemas en la escuela, pero se llevan bien en casa o con los amigos, probablemente tengan problemas con algo que no sea el TDAH. Lo mismo ocurre con los niños que son hiperactivos o que no prestan atención en casa, pero cuyas tareas escolares y amistades no se ven afectadas.
¿Cuándo consultar al médico?
Si te preocupa que tu hijo muestre signos de TDAH, consulta con su pediatra. Es posible que el médico te derive a un especialista, como un pediatra del desarrollo y el comportamiento, un psicólogo, un psiquiatra o un neurólogo pediátrico, pero es importante que primero se realice una evaluación médica para detectar otras posibles causas de las dificultades de tu hijo.
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