¡Fomentemos la actividad física de nuestros niños!

Ser físicamente activo es uno de los pasos más importantes para que un niño pueda estar sano tanto física como mentalmente, tenga un buen desempeño académico y se refuerce su aprendizaje y plasticidad neuronal. El ámbito escolar es uno de los lugares ideales para fomentar la actividad física, así como para enseñarles a mantener una forma saludable de vida. Un estilo de vida activo se va a reflejar positivamente toda su vida y les ayudará a tener una personalidad estable y positiva.

 

 

 

 

MERCEDES DE UNANUE BONET / Licenciada en Educación

mercy_unanue@yahoo.com

 

La escuela puede ayudar a las nuevas generaciones a ser más activos físicamente, lo que se reflejará en la calidad y cantidad de vida que podrán disfrutar, por las siguientes razones:

  • Los niños y jóvenes que están activos gozan de una mejor salud física y mental.
  • Los programas escolares de actividad física están diseñados por magníficos especialistas y ayudan a colmar las necesidades de niños y jóvenes en este rubro.
  • Estos programas pueden beneficiar no solo a los estudiantes, sino también ejercer una influencia positiva sobre las familias y toda la comunidad.

Los resultados tangibles de la actividad física sobre el organismo son los siguientes:

  • Fortalecimiento de huesos y músculos.
  • Disminución del riesgo de obesidad y de padecer diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
  • Reducción del riesgo de ansiedad y depresión.

Los anteriores son tres aspectos de una importancia enorme en las sociedades desarrolladas. Con respecto a la cantidad de actividad física necesaria, el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos establece que los niños y adolescentes deberían hacer al menos una hora de actividad física al día, y que la mayor parte de este tiempo debería ser actividad aeróbica de intensidad moderada-vigorosa. Este último, el ejercicio vigoroso, debería realizarse tres veces por semana, y entre las posibilidades que ofrece estám: montar en bicicleta, caminar, correr, bailar o practicar deportes de equipo (fútbol, voleibol, rugby, baloncesto, etc.).

También se recomienda el fortalecimiento de los músculos bajo la guía de un especialista, a través de: flexiones, abdominales y ejercicios con pesas, entre otros. Para el fortalecimiento de los huesos se recomienda saltar, correr y practicar deportes como la gimnasia, el baloncesto y el tenis. Algunas actividades encajan en varias categorías; así, la gimnasia sirve tanto para fortalecer los músculos como los huesos, mientras que correr es aeróbico y fortalece los huesos.

Las actividades deben adaptarse a la edad del niño, fomentar su disfrute y ser variadas, e involucrar a los padres, los profesores y las personas capaces de tomar decisiones. El compromiso de los padres, su ejemplo y actitudes, son especialmente relevantes porque permitirán la formación de hábitos saludables que fomenten un estilo de vida activo.

Las horas de clase son limitadas y a menudo nos movemos en un esquema rígido. Aunque hay responsables que están incrementando las horas de educación física, ahora por la pandemia esto se ha complicado. En este momento depende de nosotros, como padres de familia, el fomentar el deporte en nuestros hijos dentro de nuestras posibilidades, y es necesario hacerlo para que logren un desarrollo óptimo e integral.

¡Gracias por leerme! Y recuerda que todo pasa…

 

 

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