¿Cómo minimizar el estrés de los niños en la pandemia?

Ante situaciones de angustia como la que estamos pasando, no solo los adultos somos vulnerables: la población infantil también es susceptible de experimentar cuadros de ansiedad provocados por la desinformación, el miedo, la frustración y el aburrimiento.

 

 

 

 

MERCEDES DE UNANUE BONET / Licenciada en Educación

mercy_unanue@yahoo.com

 

Nuestro papel como padres resulta crucial de cara a minimizar el estrés de los niños durante la pandemia. Es importante detectar los influjos negativos que un panorama poco alentador puede proyectar sobre ellos. Evidentemente, dependiendo de la etapa en la que estén, expresarán sus emociones de diferentes formas, aunque entrarán en juego otros factores como el propio carácter del individuo o determinadas circunstancias familiares.

Reacciones de los niños al estrés, de acuerdo a su edad
  • Hasta los 2 años: Pueden volverse más irritables, llorar más de lo normal y reclamar más cariño.
  • Entre los 3 y los 6 años: No es raro que regresen a comportamientos ya superados, como mojar la cama, tener percances en el baño o sentir miedo cuando se separan de sus papás. En ocasiones se intensifican los berrinches y las dificultades para conciliar el sueño.
  • De los 7 a los 10 años: Suelen mostrar tristeza, enfado o temor acerca de lo que pueda pasar. En ocasiones exteriorizan su obsesión hablando continuamente sobre la pandemia, mientras que otros no quieren hablar del tema.
  • Preadolescentes y adolescentes: Responden a los traumas a través de conductas imprudentes. Otros, en cambio, expresan su miedo recluyéndose en su cuarto, reduciendo la relación con su entorno e incluso, cuando las emociones llegan a preocuparles, mostrándose incapaces de hablar de ellas. Ellos necesitan socializar con chavos de su edad y, desde luego, extrañan a sus amigos.

Por su parte, los niños con necesidades especiales proyectan en ocasiones su frustración de manera más intensa, al disponer de un menor control sobre su bienestar diario. Se aconseja no escatimar en palabras de consuelo y en explicaciones, así como aportarles, a través del contacto físico, todo el afecto que requieran.

Consejos para minimizar el estrés de los niños durante la pandemia

Cuando nuestros hijos ya tienen edad de procesar la información y relacionarse socialmente con otros, aprenden a reaccionar a partir de lo que ven en nosotros.

  1. Mantenerlos informados. A la vez que moderamos su exposición a las noticias relacionadas con la crisis sanitaria, debemos asegurarnos de que disponen de la información necesaria y de que la comprendan. Podemos enseñarles técnicas de relajación para los momentos de ansiedad: escuchar música relajante o sonidos de lluvia, por ejemplo, los ayuda a relajarse y a conciliar el sueño más rápido.
  2. Seguir un horario. Establecer horas para dormir, comer, bañarse, estudiar, ayudar en la casa y disfrutar es vital para estructurar el día a día de los niños. Si además les otorgamos cierta responsabilidad para que se organicen y cumplan con lo programado, les ayudaremos a aumentar su sensación de control y normalidad.
    A los niños les da estabilidad y seguridad el tener horarios establecidos siempre.
  3. Asegurarnos de que hagan ejercicio físico. Es importante organizarles juegos al aire libre y que hagan un deporte, todos los días.
  4. Fomentar su imaginación y creatividad. Para combatir el aburrimiento (otro de los posibles desencadenantes del estrés), están dos antídotos: la imaginación y la creatividad. Hay que fomentar que se esfuercen por encontrar el modo de resolver el hastío temporal. Hay varios programas o aplicaciones que nos dan ideas para desarrollar algunas actividades divertidas y creativas, que pueden realizar niños y adolescentes.
  5. Animarlos a que socialicen. Seguir manteniendo relaciones sociales en la distancia es fundamental para que el estado de nuestra salud mental no decaiga durante el confinamiento. Podemos hacer videollamadas o hablar por teléfono, y recomiendo fomentar la lectura: inculcarles este hábito con algún cuento o historia de su interés, de acuerdo a su edad.

¡Gracias por leerme! ¡Ánimo, que todo pasa!

 

 

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