Durante su campaña a la presidencia de los Estados Unidos, en 2016, Hillary Clinton habló de que anhelaba ser la primera en «romper el techo de cristal», es decir, esa barrera invisible que le impedía a las mujeres llegar a las máximas alturas de un mundo diseñado por y para los hombres. No lo logró, pero cuatro años después Kamala Harris ha tomado la estafeta para cruzar una línea antes insalvable.
Redacción INSUMISAS
La abogada y política Kamala Devi Harris, de 56 años, ha logrado convertirse en la primera vicepresidenta en la historia de los Estados Unidos, y no falta quien se atreve a predecir que tiene un camino asequible para quitarle el «vice» a su puesto, pues parece improbable que Joe Biden pueda presentarse a la reelección en 2025, cuando ya tenga 82 años a cuestas.
Habrá que ver cómo se desempeña Harris en un puesto tradicionalmente casi ornamental, pero que en medio de la notable división política de nuestro vecino del norte y la crisis sanitaria y económica mundial puede encontrar el camino para protagonizar en las grandes decisiones, gracias a que cuenta con algo de lo que Biden carece: juventud y energía.
Y sin lugar a dudas a Kamala le sobran cualidades. Después de graduarse con honores comenzó a subir en el escalafón rápidamente, ocupando su primer puesto importante en la fiscalía de San Francisco, luego de todo el estado de California y a partir del 2016 convertirse en senadora, siendo la segunda mujer afroamericana y la primera con raíces surasiáticas en lograrlo. En sus cuatro años como legisladora abogó por la reforma del sistema de salud, la legalización federal del cannabis, un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados, la defensa de la Ley DREAM, la prohibición de las armas de asalto y una reforma fiscal progresiva. También comenzó a destacar mediáticamente por sus agudos cuestionamientos a los funcionarios de la administración Trump durante las audiencias del Senado.
Con este curriculum a cuestas, nadie duda de que Kamala está llamada a convertirse en la primera persona que adquiera brillo personal desde la hasta ahora un tanto irrelevante vicepresidencia de los Estados Unidos. ¡Pronto lo sabremos!