«Gambito de Dama»: las razones de su éxito

Una de las series de TV que más ha llamado la atención durante los últimos meses es Gambito de Dama (Netflix), creada por Scott Frank y protagonizada por Anya Taylor-Joy, quien se está revelando como una de las actrices más talentosas de su generación.

 

 

 

 

ENRIQUE DELFÍN / Analista de cine

enrique.delfin@insumisas.com

 

Basada en la novela homónima (1983) de Walter Tevis, la trama sigue a una huérfana tan notablemente dotada para el ajedrez como proclive a la autodestrucción a través de las adicciones. De entrada este argumento siembra la sospecha de un melodramatismo desaforado, pero Frank ha sujetado muy bien las riendas de la narración y lo que el público ha visto en los siete capítulos de su primera temporada es un relato muy bien contado, con emoción y sensibilidad, al tiempo que los valores de producción que ya caracterizan a las producciones de Netflix vuelven a brillar por cuenta propia.

La cereza del pastel es la interpretación de Anya Taylor-Joy, que con esta serie ha dado el gran salto al estrellato a sus apenas 24 años, después de avisar de su carisma y talento en películas como La Bruja, Los Nuevos Mutantes y Glass. La crítica especializada está encantada con su desempeño, reconociendo su gran capacidad actoral al darle vida a un personaje que suma genialidad, desamparo y tendencia a la autodestrucción.

Mención aparte el siempre interesante abordaje del ajedrez, el deporte-ciencia que ha sido el origen de incontables relatos que empatan la naturaleza humana con el universo de este antiquísimo juego. Cierto es que la serie ha recibido algunas críticas por parte de notables ajedrecistas debido a algunas imprecisiones técnicas dentro del argumento, pero la mayoría ha celebrado la traslación de la abstracta emoción del juego a los avatares de la vida de la protagonista.

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