El estudio La violencia feminicida en México: aproximaciones y tendencias, reveló que en nuestro país se han registrado más de 63 mil asesinatos de mujeres y niñas con presunción de feminicidio, en el periodo comprendido entre 1985 y 2019. Esta investigación fue el resultado del esfuerzo coordinado de ONU Mujeres, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim).
Redacción INSUMISAS
El documento plasma los avances de México para prevenir, atender y contribuir a erradicar la violencia contra las mujeres y la complejidad de la medición de este fenómeno sobre distintas fuentes oficiales de información, y afirma que a pesar de los esfuerzos continúan prevaleciendo estereotipos de género y deficiencias institucionales en la procuración de justicia, que impiden a las víctimas (directas e indirectas) acceder a la justicia.
Si bien se han dado oscilaciones en el lapso estudiado, en 2007 se disparó la violencia en el país y desde entonces hasta 2019 la cifra acumulada fue de 33 mil 501 certificados de defunción, además de que en este último año se registró la tasa más alta desde 1985: 5.7 casos por cada cien mil mujeres.
La lectura de estas cifras permite concluir que cada vez más se asesina a más mujeres, tanto en la vía pública como en sus viviendas, por lo que los organismos que signaron el estudio han hecho hincapié en la importancia de documentar y analizar la violencia feminicida en el país. También se ha insistido en la necesidad de investigar todas las muertes violentas de mujeres (homicidios, suicidios y accidentes) con perspectiva de género.
La crisis ocasionada por COVID-19 ha evidenciado la desigualdad imperante en nuestras sociedades y la necesidad de actuar colectivamente para transformar esta realidad, pero la violencia contra mujeres y niñas no es nueva ni producto de la pandemia: desde siempre las mujeres han vivido en un contexto de violencia grave, enfrentándose a agresiones físicas y verbales y acoso sexual tanto en sus hogares como en la calle, la escuela, los centros de trabajo y las instituciones públicas y privadas.