Todo parece indicar que Nomadland (que ya reseñamos aquí) se va a llevar los máximos galardones en la entrega de los premios Oscar del próximo mes de abril, pero en las últimas semanas está cobrando fuerza la que podría convertirse en el «caballo negro» de la noche: Una joven prometedora. Y (hay que congratularnos por ello) también está dirigida por una mujer, Emerald Fennell.
ENRIQUE DELFÍN / Analista de cine
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Más interesante aún que el potencial duelo entre dos jóvenes y talentosas directoras, es el hecho de que Una joven prometedora aborda un tema candente y siempre actual: lo ilícito de tener sexo con una mujer sin pedirle su opinión «porque estaba muy borracha y me pidió que la llevara a su casa».
Una magnífica Carey Mulligan (que suena fuerte para llevarse el Oscar a la mejor actriz) le da vida a Cassey, una chica que en el pasado prometía convertirse algún día en una brillante profesionista, pero que lo dejó todo por la amargura que le provocó la pérdida de su mejor amiga. Resuelta a cobrarle la cuenta a todos los que humillaron a su amiga hasta destruirla después de una noche de fiesta que se salió de control, Cassey elabora un sofisticado plan de venganza.
Y no, no se trata de la historia de una psicópata fuera de sí, que va por aquí y por allá segando vidas. El guion (uno de los más celebrados del año) es mucho más sofisticado y nunca pierde verosimilitud al plantear que Cassey es una chica normal que, armada sólo con su inteligencia y arrojo, se enfrenta a un sistema patriarcal dispuesto a ocultar, minimizar y hasta perdonar a un violador «que era muy joven, casi un niño, cuando cometió un error que después de todo permitió una mujer que decidió estar ahí y descuidarse«.
No les contamos más para no arruinarles las muchas y muy brillantes sorpresas de un argumento afilado y lleno de sorprendentes y bien ejecutadas «vueltas de tuerca». Simplemente no la dejen pasar, porque sin lugar a dudas esta cinta va a dar mucho de qué hablar durante los próximos meses.