En Guadalupe, Zacatecas, nació una mujer que, a pesar de enfrentar desafíos significativos desde su infancia, ha demostrado que el límite está en el cielo. Su nombre es Ana Victoria Espino De Santiago y su historia es una de valentía, dedicación y logros notables. Ana Victoria se ha convertido en la primera abogada en el mundo con síndrome de Down, un título que no solo enorgullece a su familia, sino que también inspira a personas de todo el planeta a superar barreras y a luchar por sus sueños.
La abogada zacatecana, quien nació un 30 de enero de 1999, creció en una familia cariñosa y unida. Sus padres, Marisol De Santiago Ochoa y Jesús Espino Zapata, y hermanos, Tere, Vale y Pablo, han sido su apoyo incondicional desde el principio. Ella describe a sus padres como personas amables y gentiles, y a sus hermanos como compañeros leales y afectuosos. Su relación cercana con ellos ha sido fundamental en su trayectoria educativa y profesional.
Desde temprana edad, Ana Victoria demostró una firme determinación y una profunda pasión por el aprendizaje, cualidades que se reflejaron a lo largo de su trayectoria académica dentro del Instituto Ana Sullivan.
Posteriormente, mediante el sistema de preparatoria abierta, recibió todo el material necesario para estudiar de forma autónoma, ya una vez preparada, se presentó al examen general de conocimiento, aprobándolo y llevando su educación media superior mediante este método.
Con el ideal firme llega a la Universiada Autónoma de Zacatecas, donde aprueba el examen de admisión y empieza a estudiar derecho. El deseo de Ana Victoria de convertirse en abogada no surgió de la noche a la mañana fue un sueño que cultivó durante mucho tiempo.
A pesar de las dificultades y la discriminación que enfrentó, su pasión por el derecho y el compromiso con su meta nunca flaquearon. A lo largo de su carrera académica, tuvo que adaptarse a un sistema educativo que no siempre estaba preparado para sus necesidades específicas.
El proceso de ingreso a la universidad fue un desafío considerable. Aunque la academia le ofreció la oportunidad de estudiar derecho, la realidad no siempre fue amable. Ana Victoria y su familia se enfrentaron a barreras significativas, incluidas actitudes discriminatorias por parte de algunos maestros y compañeros. En Zacatecas, enfrentaron prejuicios que ponían en duda su capacidad para tener éxito en el programa de derecho. Sin embargo, con el gran apoyo de su «maestra sombra» logró alcanzarla meta.
La maestra sombra de Ana Victoria compartió para el medio que, tras realizar el examen de admisión, se reunió con el rector de la institución para discutir la situación. El rector de aquel entonces expresó que no podían aceptarla debido a la falta de condiciones adecuadas para atender a una persona con síndrome de Down. Ante esta situación, la maestra ofreció su apoyo como «maestra sombra», similar al rol que desempeñó Ana Sullivan con Helen Keller.
Ella explicó que, al igual que Ana Sullivan fue fundamental para la educación de Keller, ella podría asistir a Ana Victoria para asegurar que recibiera la atención necesaria. Durante los cinco años de carrera la maestra sombra la acompañó en todas las clases, ayudándola a estudiar los temas que se iban a tratar y a preparar sus exámenes. Esto le permitió a Ana Victoria llegar a sus clases con conocimientos previos y avanzar adecuadamente en su formación.
Sin embargo, debido a los prejuicios y barreras en la capital, la familia decidió trasladarse al campus de Jerez para completar la Licenciatura en Derecho, ya que allí las condiciones eran más favorables. Su maestra sombra continuó su papel de apoyo, asistiendo a Ana Victoria en el sistema semiescolarizado, ya que no se le ofreció la opción de ingresar al escolarizado. A lo largo del proceso, la maestra sombra destacó que la discriminación provenía principalmente de los maestros, aunque en Jerez la situación mejoró significativamente.
EL CAMINO PARA OBTENER SU TÍTULO
NO FUE FÁCIL, PERO ANA VICTORIA
DEMOSTRÓ UNA PERSEVERANCIA
Y UN ESPÍRITU INQUEBRANTABLE.
El camino hacia la obtención de su título no fue fácil, pero Ana Victoria demostró una perseverancia y un espíritu inquebrantable. A través de su determinación y el apoyo constante de su familia, logró culminar con éxito sus estudios de derecho. Ahora, como licenciada mira hacia el futuro con entusiasmo y optimismo.
En términos de inclusión, Ana Victoria sugiere que los maestros desempeñan un papel crucial en la creación de un entorno educativo más inclusivo. Recomienda que los educadores sean comprensivos, que escuchen a sus estudiantes y que ofrezcan apoyo adicional cuando sea necesario. Además, aboga por una mayor participación de los estudiantes con discapacidad en las clases, lo que puede mejorar su experiencia educativa y permitirles alcanzar su máximo potencial.
Incluso más allá de su carrera universitaria también ha incursionado en el arte, desde 2014 ha llevado a cabo varias exposiciones de pintura que le han permitido exhibir su talento en el vestíbulo del Congreso de la Unión en la Ciudad de México, con su obra titulada “Desde mi cielo”.
Su próximo objetivo es involucrarse en la política. Ana Victoria ha mostrado interés en convertirse en diputada, un rol en el cual espera utilizar su plataforma para ayudar a las personas con discapacidad y luchar contra la discriminación.
Ya ha comenzado a acercarse a la legislatura y a trabajar en proyectos que buscan mejorar las condiciones para las personas con discapacidades. A pesar de no haber tenido éxito en la contienda pasada como diputada plurinominal, está decidida a seguir adelante y a prepararse para futuras oportunidades en el ámbito político.
La historia de esta abogada zacatecana no solo es una inspiración para aquellos con síndrome de Down, sino también para todos aquellos que enfrentan adversidades en su vida. Su mensaje es claro: con determinación, preparación y apoyo, es posible superar cualquier barrera.
El mensaje de Ana Victoria es un llamado a la acción para todos. Enfrentar la discriminación y la adversidad con coraje y perseverancia puede llevar a grandes logros. Su vida y carrera son prueba de que, cuando se les da la oportunidad y el apoyo adecuado, las personas con discapacidad pueden lograr cosas extraordinarias. Ana Victoria Pinedo De Santiago es un verdadero ejemplo de que el cielo es el límite, y su historia continúa inspirando a quienes luchan por sus sueños, sin importar cuán difíciles puedan parecer.
Ver esta publicación en Instagram
«>
Con información de La Jornada