La denuncia y combate de las discriminaciones que recaen sobre las mujeres lesbianas, trans y bisexuales (LTB) es un tema cada vez más presente, así como los reclamos que este colectivo hace al feminismo tradicional, instándolo a ser menos excluyente y a integrar sus reivindicaciones específicas.
Redacción INSUMISAS
Las mujeres LTB se están organizando cada vez más para denunciar las discriminaciones que sufren y para cambiar sus vidas, desde lo legal hasta lo cotidiano, haciendo hincapié en que tienen necesidades específicas que a veces se diluyen entre las demandas del feminismo actual.
El sector más discriminado, sin lugar a dudas, es el de las mujeres trans, que reclaman más empatía y sororidad afirmando que ser mujer es ser mujer. Su principal demanda es que dejen de ser vistas como seres afectados por una patología, para ser tratadas con normalidad sobre todo en los centros de salud y ante la ley. Lo cierto es que las grandes teóricas del feminismo no han considerado a estas mujeres como sujetos políticos, cuando la realidad es que la opresión que sufrimos todas las mujeres, independientemente de nuestras especificidades, viene de un solo lado: el patriarcado.
En lo que respecta a las lesbianas, también viven opacadas por sus contrapartes masculinos, pues el 90% de los referentes en el colectivo gay son hombres. También siguen sufriendo discriminación ante la idea de que sus prácticas sexuales son «nulas», y el estigma de que suelen ser tan feas y gordas que nadie las quiere y por eso se relacionan con otras mujeres.
No les va mejor a las bisexuales: se las tiene estereotipadas como viciosas que no saben lo que quieren. De hecho, muchas terminan casándose con hombres por imperativos sociales y legales, mientras que otras ni se reconocen como tales.