Si tu hijo tiene más de 3 años y detectas que es más bajito de estatura que sus compañeros de clase, es posible que necesite hormonas de crecimiento. La estatura depende en gran medida de la combinación de la estatura de los padres; sin embargo, no deja de ser una de las principales preocupaciones de éstos por el mundo tan competitivo en el que vivimos, lleno de estereotipos sociales y constante escrutinio por parte de los demás.
Todos los seres humanos producimos hormonas del crecimiento a través de la glándula pituitaria (que se encuentra en el cerebro). Estas hormonas de encargan de:
- Aumentar la estatura y la masa muscular.
- Controlar el metabolismo.
- Reducir la grasa de nuestro cuerpo.
Cada que hacemos una vista al pediatra, éste se encarga de medir y pesar a nuestros hijos y es a partir de los 3 años cuando puede detectar que algo está pasando con su crecimiento. Según el pediatra Salvador Contreras Rivera, si su percentil (un valor para medir cómo evoluciona el niño en relación a talla y peso) es inferior a 3, debes acudir con un endocrinólogo pediatra, quien te recomendará una serie de exámenes para determinar:
- Edad ósea.
- Tolerancia a la insulina.
- Factor de crecimiento de insulina.
- Nivel de secreción de la somatropina y otras hormonas.
Dependiendo de los resultados, es posible que tu hijo sea candidato a recibir hormonas de crecimiento, creadas en laboratorio y suministradas diariamente a través de inyecciones en diferentes partes del cuerpo para evitar cicatrices. Los efectos secundarios son mínimos o poco comunes, pero deben tenerse en cuenta:
- Retención de líquidos.
- Dolores de cabeza, músculos o articulaciones.
- Anomalías en los huesos de la cadera
Por favor consulta siempre a un especialista antes de tomar cualquier decisión relacionada con tu salud y la de tus familiares. La automedicación puede traer consecuencias serias, incluso la muerte.