La menstruación digna ya es ley… al menos en Michoacán

Esta semana está causando cierto revuelo en los medios de comunicación y las redes sociales la aprobación, por parte del Congreso del Estado de Michoacán, de la Ley de Menstruación Digna, que obliga a todas las escuelas públicas del estado a permitir el acceso gratuito a toallas sanitarias, tampones y copas menstruales. Esta es la primera ocasión en nuestro país que se aprueba una legislación para erradicar la “pobreza del período menstrual”, que afecta a quienes no pueden pagar cada mes los costos de estos productos.

Redacción INSUMISAS

Este logro inédito fue el resultado del esfuerzo de varias personas, y no nos referimos solamente a los legisladores que aprobaron la ley. Primero se tuvo que posicionar la gestión menstrual en la agenda pública y lograr políticas públicas para hacer frente a las desigualdades que impiden a mujeres, niñas, adolescentes y otras personas menstruantes vivir una menstruación digna. Fue el colectivo #MenstruaciónDignaMéxico el más destacado en esta lucha, a través del impulso que le dio a una serie de acciones sobre tres ejes: gratuidad de los productos de gestión menstrual, eliminación del IVA a dichos productos y generar investigación y datos sobre la gestión menstrual en nuestro país.

La importancia de estos esfuerzos no es poca: el uso de los productos de gestión menstrual no es opcional, pues una persona menstrúa 2 mil 535 días a lo largo de su vida (en promedio), lo que equivale a siete años consecutivos si se toma como edad promedio de los 15 a los 49 años. En México son más de 63 millones de mujeres, niñas y adolescentes las que menstrúan, y muchas de ellas se enfrentan a dificultades para gestionar este proceso con dignidad.

Lo que resta esperar ahora es que el resto de las legislaturas locales se sume al ejemplo de Michoacán, y que incluso a nivel federal se proponga una iniciativa de este tipo, para colaborar activamente con la causa de las mujeres a las que mes a mes la naturaleza las hace enfrentarse a un proceso del que casi nunca se habla por tabú, por ignorancia o simple y llanamente por indiferencia.

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